A principios de este mes, la editorial de la Universidad de Oxford escogía rage bait como palabra del año que se acaba. La traducción al español, “cebo de ira”, queda un poco rara, pero a estas alturas la definición nos suena a todos: “Contenido online deliberadamente diseñado para generar enfado o para escandalizar (...) Con el fin de incrementar el tráfico o la interacción en una página web o red social”. Si la escena política general no nos causa rabia o indignación por sí sola, los foros digitales se encargan de exaltarnos.
Para el historiador Rutger Bregman, entrevistado por Justo Barranco, lo que domina es la apatía. Ante una época que califica “de decadencia y pereza moral”, esa desidia puede conducir a algo oscuro. Lo compara con la Rusia de 1917: los rusos no eran, en general, fans de los bolcheviques, pero estaban hartos de los políticos sufridos hasta la fecha. Tampoco confiaban en los nuevos, pero no hicieron nada por detenerlos.
Eso se ve en este artículo que escribió Francisco Martínez Hoyos sobre la toma del Palacio de Invierno por los de Lenin: la gente en San Petersburgo mostró más indiferencia que otra cosa ante un golpe de Estado anunciado. La mayoría seguía a lo suyo mientras se desarrollaban los enfrentamientos.
La Primavera Árabe consiguió derrocar en Egipto al dictador Hosni Mubarak /
Lo del rage bait, mentir o exagerar para incendiar los ánimos de las masas, no es nada nuevo, pero durante años internet nos hizo pensar que nos dirigíamos a un mundo más democrático. El error se ha hecho patente en muchos campos. Vincent Bevins nos detalla en esta entrevista el retroceso que la Primavera Árabe –que, hace quince años, y gracias a las redes, llenó de esperanzas a manifestantes de varios países de alcanzar mayores libertades– ha experimentado en Túnez, Egipto, Bahréin o Yemen.
La democracia acusa el estrés también allá donde está consolidada. La Europa que, pese a deficiencias e hipocresías, sigue alineada con el derecho internacional es una pusilánime a ojos de Trump, para quien las reglas están para saltárselas. “Creo que [los europeos] quieren ser muy políticamente correctos, y eso les hace débiles”, dice en un giro yanqui de nuestro “hombre blandengue”.
CUATRO COSAS ANTES DE IRNOS (O ALGUNA MÁS)
● “Parece que cada día más gente sería partidaria de restaurar la pena de muerte, que sigue siendo legal en 55 países, a pesar de que es el único error judicial que no tiene remedio”, le expresa el fiscal Carlos Castresana a Eduardo Mesa Leiva en conversación sobre su libro Bajo las togas.
● El jueves pasado, Ramon Aymerich concentraba en la corta extensión de una columna una interesante reflexión sobre la Francia de los Trente Glorieuses, los tres decenios posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y la arrolladora globalización posterior a través de las experiencias empresariales de dos iconos del país: Duralex y la Fnac.
● Sigo en Francia para hablar de su museo más emblemático, que se ve abocado a una huelga indefinida del personal, atenazado por la falta de recursos y el estado ruinoso del edificio. Tras el inverosímil robo de joyas de hace un par de meses, esta semana se conocía que un escape de agua había afectado a cientos de documentos del antiguo Egipto. Mientras, en Berlín, el Museo de Pérgamo, en una prolongada rehabilitación, abrirá parcialmente en 2027. Hay un melón por abrir sobre el futuro de los museos.
● Tarpley Hitt firma en The Nation un curioso reportaje (en inglés) sobre la historia de Lilli, la predecesora alemana de la muñeca Barbie, que partió de un cómic del diario Bild en los años cincuenta. Y narra su infructuosa búsqueda de documentación sobre sus orígenes en los archivos germanos, para lo que tiene su hipótesis.
● Según un estudio de Cambridge y el IEG de Mainz, la actividad volcánica en el Mediterráneo intervino en las temperaturas y las cosechas de la región, y eso llevó al comercio a buscar alimentos en el mar Negro, lo que desembocaría en la extensión de la peste negra, nos cuenta David Ruiz Marull.
● El profesor Roberto Muñoz Bolaños nos trae la biografía de Leoncio Vidal, un héroe de la independencia de Cuba que era tío del golpista Emilio Mola.
● Y Sergi Vich nos pone al día de lo que sabemos y lo que desconocemos de Tartessos.
Volvemos el próximo jueves con más historias.
