Nuestro día a día está repleto de interacciones: sea para comprar, recibir retroalimentación en el trabajo o saber las opiniones de nuestra familia y demás seres queridos. Millones de conversaciones en las que no solo toman la iniciativa las palabras, sino también los gestos. Por eso, cualquier desliz o momento fuera de lo común puede desestabilizar el equilibrio presente. Incluso sin siquiera saberlo, ya que podemos desconocer el estado de la otra persona.
A la hora de hablar con otra persona, es clave saber su estado. Solo entonces se podrá conocer no solo lo que necesita, sino también el posible propósito de una persona en el mundo. Así lo ha hecho saber Mario Alonso Puig, experto en Harvard, quien ha compartido una serie de reflexiones sobre una de las grandes preguntas de la humanidad: ¿por qué estamos aquí? Para ello, ha contado una anécdota personal en la que descarta completamente el azar.
“No has nacido por casualidad. Nadie ha nacido por casualidad. Quien se crea que esto que estamos viviendo es fruto del azar, yo le invitaría a que mirara con mayor profundidad. Ninguno hemos nacido por casualidad. Todos hemos nacido para cumplir un plan. Un plan que mejora este mundo. Voy a poner un ejemplo. Hace unos días estaba en una isla maravillosa que yo quiero muchísimo, que es Mallorca”, comenzó a contar.
“Fui a Palma a dar dos conferencias. Iba con mi mujer del hotel al aeropuerto, y el taxista era encantador. Y en ese momento llamó una señora y le dijo ‘Ahora no puedo hablar, cariño. Luego te llamo, en 20 minutos’, pero súper cariñoso. Pero claro, la llamó cariño y dije, uf. ¿Cómo va a ser su mujer? Si tiene una voz de mujer con mucha edad… Entonces, nos contó que es una vecina que tiene 90 años, que había perdido a su marido y había perdido a su hijo, su único hijo”, añadió.
Mario Alonso Puig en Instagram
El objetivo aparece
“Y en plena pandemia, que no se podía apenas salir, fue a él, él es taxista, para pedirle que le llevara a un supermercado para conseguir algunos productos. Entonces, este hombre, cuando hablaba de ella, hablaba con un cariño, hablaba con una ilusión… Este hombre conduce un taxi, pero ha encontrado su propósito”, concluyó. Alonso Puig también ha tenido la oportunidad de hablar cómo los pequeños gestos también pueden ayudar a terceros.
“¿Qué puede cambiar un simple gesto de afecto? Desde una lógica materialista, en la que solo parecen importar las cosas tangibles, esta idea puede parecer trivial. Pero cuando abrimos la mirada a una lógica más amplia, a una comprensión más profunda de lo que somos como seres humanos, nos damos cuenta de que esos pequeños gestos tienen un valor inmenso”, expresaba, definiendo el tipo de mensajes que se intentan transmitir con ellos.


