El ex Dj que hizo historia en Londres abre su primer restaurante en Barcelona: así es Lora, un viaje desde nuestras costas hasta Beirut

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Layo Paskin cambió las cabinas de Dj por los fogones tras cerrar The End, el mítico club londinense donde debutó Daft Punk

Su restaurante Lora celebra es un viaje por el Mediterráneo desde el nuevo hotel SLS Barcelona

Lora

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Hugo Sebastian Alaimo

La historia de Lora, el restaurante que acaba de abrir en la planta baja del nuevo y estiloso hotel SLS Barcelona, no comienza en una cocina, como suele ser lo habitual, sino en una cabina de DJ, entre beats, aviones y noches infinitas en los mejores clubes del mundo. “Cuando tenía 13 años empecé a coleccionar música. A los 17, ya pinchaba. Y mientras estudiaba en la universidad, organizaba fiestas en espacios abandonados”, recuerda Layo Paskin, ex Dj (muy aclamado en los 2000) y cocreador de este nuevo establecimiento. 

Su padre -arquitecto de profesión y cocinero de corazón- le cedió el uso de un antiguo sótano en el centro de Londres para crear, en los años 90, el que se convirtió en el club más icónico de la escena electrónica británica: The End. Allí tocaron, por primera vez en directo, los mismísimos Daft Punk. 

Pero como todo en la vida se acaba, en 2009, tras el cierre de The End, cansado de ser Dj, Paskin decidió canalizar su experiencia viajando por el mundo en algo más tangible: un restaurante. “Era una época en la que se hablaba del insider tourism: llegabas a una ciudad, pinchabas por la noche y durante el día te llevaban a sus restaurantes favoritos, a probar vinos locales, a descubrir ingredientes. Fue una escuela sin quererlo”, explica el ex artista desde Londres por teléfono, recordando cómo su pasión por la cocina se convirtió en una nueva carrera. 

Lora

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Pol Viladoms

Así nació su primer local, The Palomar, un homenaje al recetario del Levante árabe que pronto se convirtió en uno de los restaurantes más de moda de Londres. Luego vino The Barbary, con aires norteafricanos. Y más tarde llegaron otros tres establecimientos dedicados también a construir un imaginario propio que transita entre el Mediterráneo y Oriente Medio. Todos ellos se aglutinan bajo la firma Studio Paskin. 

Studio Paskin 

Su primer local, The Palomar (en Londres), es un homenaje al recetario del Levante árabe

Lora es la primera apertura de este estudio en España, y no es casualidad que hayan elegido Barcelona para desembarcar en nuestro país. Zöe Paskin, hermana de Layo, quien se encarga de la parte creativa de Studio Paskin, vivió en esta ciudad y la sigue nombrando como “un lugar muy especial”. “Cuando tuve que dejarla para ayudar a Layo en Londres, siempre supe que quería volver de algún modo. Ahora siento que se cierra un círculo”, confiesa.

Lora

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Hugo Sebastian Alaimo

La oportunidad de abrir en Barcelona llegó de la mano del grupo Ennismore, que gestiona el SLS y ya había trabajado con ellos en un hotel en Edimburgo. “Es un proyecto muy grande para un estudio pequeño como el nuestro, pero eso también lo hace emocionante. Nos permite explorar desde otro lugar”, cuenta Layo. 

La carta de Lora se traduce en una ruta imaginaria “desde  Barcelona hasta Beirut”, como ellos mismos describen. Pero más que de una geografía cerrada, se trata de un viaje, de una fusión entre las cocinas del sur de Europa, el norte de África y el Levante. “No elegimos esta cocina por estrategia. Fue algo que nos fue llevando, desde los recuerdos de infancia hasta las cenas de gira. No lo planeamos, lo sentimos”, dice Zöe.

La carta de Lora se traduce en una ruta imaginaria “de Barcelona a Beirut”

Entre los aperitivos destaca el ikra, un dip de puré de pescado, ajo confitado y za'atar que se acompaña con Kubaneh (pan de miga tipo brioche) o pan de pita recién hecho en el horno de leña, porque en Lora el fuego es un elemento central. Además en  medio de su cocina, abierta a la sala, también se alza una robata en la que se preparan desde verduras con sumac hasta tajines especiados como el que elaboran con una mezcla de especies bereberes, albaricoque en escabeche y crema agria -¡delicioso!-. 

También hay fattoush, col a la brasa, hummus, muhammara o un simple pero delicioso carpaccio de tomate con vinagre de Jerez, orégano fresco y aceite de oliva procedente de nuestra zona mediterránea. 

La carta de vinos es coherente con la cocina a la que el restaurante homenajea: “Decidimos incluir vinos de Turquía, Líbano... Queríamos que la propuesta líquida acompañara al relato del plato. También hay excelentes referencias locales, por supuesto, pero nos interesa contar una historia completa”, concluye Layo. 

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