David Summers, cantante de Hombres G, 61 años: “Hago bastante ejercicio, pero sobre todo por la salud mental; el cuerpo es más fácil de cuidar que la mente, yo huyo de los psiquiatras, prefiero ir a los gimnasios”
Vips Séniors
El líder de la banda Hombres G no ha dejado nunca de estar en activo. A sus 61 años, esta leyenda del pop español asegura estar viviendo el momento más feliz de su vida
De gira este verano por Estados Unidos, tras dar un concierto solidario con la banda del proyecto Rock A LA PAR, formada por su hijo Daniel y otros jóvenes con discapacidades, reconoce que uno de sus lemas es “no espero a que suene el teléfono”
David Summers, en una imagen de archivo, con motivo de la publicación de su libro autobiográfico.
En su Instagram, donde es bastante activo por cierto, el que fuera líder de Hombres G, David Summers (Madrid, 1964) dice ‘no es que la vida sea tan corta... es que es muy tarde cuando aprendes lo que importa’. Lo cierto es que él ya tiene claro que le importan su música y la gente a la que quiere. También destaca que ha cambiado su forma de estar en el mundo: “Cuando eres más joven, eres más loco, piensas menos. Ahora los pasos que doy, digamos, son más lentos, pero más firmes y profundos”. Hijo del gran director Guillermo Summers, de él se llevó una de las mejores enseñanzas de su vida: “Me decía, ‘tienes que intentar trabajar para no tener jefe nunca’. La vida se trata de no esperar a que te llamen”.
Ese es uno de sus lemas. Otro, mantener la ilusión. Por eso se reconoce enamorado de la música y con la misma ilusión por escribir “canciones bonitas que lleguen a la gente”. Con su banda se convirtió en una figura icónica del pop español, vendió millones de discos y dejó una huella profunda en varias generaciones. Y sigue haciéndolo. Este verano hizo una potente gira por Estados Unidos. Antes de marchar, dio un concierto muy especial en la sala Movistar Arena de Madrid junto a su hijo Daniel Summers, en el espectro autista y también músico, que asiste a la Fundación A LA PAR. En el escenario, la banda del proyecto Rock A LA PAR, formada por jóvenes con diversas discapacidades, a la que también acompañaron Jorge Ruiz, de Maldita Nerea, Loquillo y Alejo Stivel.
Desde los 80 he cambiado muy poco; me sigo dedicando a lo mismo, sigo haciendo las mismas cosas
¿Cómo recuerda su infancia?
Así, ¿la primera en la frente? [Risas] Pues la verdad es que yo a mi infancia la tengo en gran estima, porque yo fui un niño muy feliz, en una familia muy buena, con un padre excepcional y maravilloso, y una madre también maravillosa. Tengo unos recuerdos preciosos, fueron unos años muy bonitos.
¿Era usted más bien un trasto, o un niño bueno?
Tengo 61 años, es difícil recordarlo, pero bueno… A ver, el típico niño bueno nunca lo fui. Yo era un poco pieza, un mal estudiante, y muy inquieto. Mi madre estaba toda la vida detrás de mí para que estudiara. Pero, bueno, dentro de lo que cabe, más o menos, sí era un niño bueno. Al menos no era un problema para mis padres.
¿Y cómo describiría al David de los años 80, cuando triunfó con Hombres G?
Fíjate, justo ayer estaba viendo en Instagram, que a veces ponen vídeos antiguos de entrevistas de los años 80 y tal. Y me cuesta reconocer a ese tío, ¿sabes? Aunque también te digo que, en lo básico, he cambiado muy poco. Me sigo dedicando a lo mismo, sigo haciendo las mismas cosas. O sea, para mí sigue siendo lo más importante hacer una canción bonita y grabar un disco con canciones muy bonitas y hacer una gira importante. En ese sentido, pues toda mi vida, lo que es la profesional, no es muy diferente.
¿Y la manera de enfocar su vida, ha cambiado eso?
La manera de enfocarlo, sí. Cuando eres más joven, pues eres más loco, piensas menos las cosas. Ahora los pasos que soy, digamos, son más lentos, pero más firmes y más profundos. Llegamos a más gente, tocamos en sitios más grandes, somos más mayores y sentimos la música de otra manera. Pero en lo que se refiere a qué es lo que yo tengo que hacer, que es hacer canciones bonitas y cantarlas por ahí, llevo haciendo lo mismo 40 años.
¿Qué le inspira ahora a la hora de escribir?
Lo que me ha inspirado siempre son las personas que quiero, mis amigos, mi mujer, el amor, la amistad, el sentido del humor también… Intento hacer canciones que lleguen a la gente, de alguna manera u otra. O bien que les hagan bailar y divertirse, o que les hagan sentir algo. Le doy mucha importancia a las letras, intento hacer letras buenas, es lo único que me importa en realidad. En mi trabajo, todo gira alrededor de las canciones, entonces donde tienes que enfocar y poner todo de ti es en hacerlas lo más bonitas posible.
La carrera de la vida la gana el que sigue corriendo, no el que llega primero; se trata de seguir corriendo todos los días
A los conciertos de Hombres G van madres, padres, hijos, hijas… Viejos y nuevos fans. ¿Alguna vez pensó que tendrían tanta repercusión tantas décadas después?
No, nunca lo pensé, claro, y es una satisfacción muy grande. Ten en cuenta que nosotros, los artistas, nos dedicamos al trabajo más bonito del mundo, que es intentar hacer felices a las personas, porque es lo que intentamos transmitir. Cuando tú vas a un concierto a pasarlo bien, a cantar, a bailar, a pasar una noche estupenda con tus amigos, con tus amigas, ¿no? Y es una satisfacción muy grande el ver que, aunque hayan pasado 40 años, la gente sigue emocionándose con las canciones, cantándolas contigo… La alegría no es haberlo conseguido, porque realmente en ese trabajo no puedes decir que lo has conseguido nunca, sino el seguir consiguiéndolo. Creo que eso es en lo que hay que enfocarse.
¿Es ése el secreto del éxito?
No lo sé. Mira, la carrera de la vida la gana el que sigue corriendo, no el que llega primero. Aquí no se llega en ningún sitio. Se trata de seguir corriendo todos los días y seguir manteniendo el nivel y que tus fans no se decepcionen. Mantener siempre un nivel de calidad de lo que les ofreces más que aceptable.
En todo este tiempo, imagino que habrá habido momentos en los que parecía que ya se había parado todo. ¿Cómo se gestiona eso?
Es que nunca he vivido eso. Yo no he parado ni un momento desde que empecé. Cuando empezamos en el 84, hicimos siete discos seguidos, giras en España, giras en América, dos películas. Luego el grupo paró en el 92, pero yo seguí en solitario. Entonces hice cuatro discos en solitario, sin dejar de tocar en España y en América. Luego volvimos en el 2002 y hasta ahora no hemos parado ni un momento. Nunca he tenido esa sensación y, además, yo no espero que suene el teléfono. Mi padre me decía, ‘tú tienes que intentar trabajar para no tener jefe nunca’.
¿Es ese tu lema?
Uno de ellos, sí. Creo que la vida se trata de no esperar a que te llamen, sino que seas tú el que llame a la gente para que te ayuden a poner en pie tu sueño. Eso es lo que yo hago. Yo proyecto cosas, ya sean canciones, discos, películas, giras... Y con la ayuda de mis amigos, lo voy poniendo en pie. Nunca he tenido que esperar a que me llame nadie.
Qué buena enseñanza la de su padre.
Sí, claro que sí. Si tú eres el motor del proyecto, nunca nadie te dirá lo que tienes que hacer. Y eso es muy satisfactorio.
Tengo muy presente el cuidado de mi salud, tanto física como mental; he hecho ejercicio todos los días de mi vida, y ahora más que nunca
¿Y qué papel juega la salud mental, cómo se cuida y cómo se protege?
Tengo muy presente el cuidado de mi salud, tanto física como mental. Yo he hecho ejercicio todos los días de mi vida, y ahora más que nunca. Porque ahora necesito hacerlo para aguantar las giras y estar físicamente bien, para hacer una gira como la que estamos haciendo por Estados Unidos, de 16 conciertos por diferentes ciudades. Son conciertos de dos horas y media, en días alternos. Eso es mucha tralla. Si no hiciera ejercicio, no podría con ello.
¿Qué ejercicio hace?
Pues viene un amigo a casa, un entrenador, y hacemos pesas. En realidad, hacemos de todo. También voy a boxear, dos días a la semana por la tarde. Hago bastante ejercicio, pero sobre todo es por lo que tú dices, por la salud mental. El cuerpo es más fácil de cuidar, pero no hay que olvidar la mente. Para lo que más necesito el ejercicio es para mantener la cabeza, digamos, en su sitio y no tener ansiedad ni depresión. Yo huyo de los psiquiatras, prefiero ir a los gimnasios.
¿Cómo ha vivido el proceso de crecer primero y de madurar después en una industria que valora tanto la juventud?
Nosotros tuvimos que madurar pronto porque enseguida, cuando tenía 20 años, ya estaba haciendo giras muy grandes. Y con 21 estábamos tocando en América en estadios enormes. Aquello era una locura. Así que tuvimos que madurar rapidísimo porque no te daba tiempo a asimilar las cosas.
Les veíamos como estrellas de rock, pero en realidad eran ustedes unos críos…
Claro, en el 85 cuando hacía Sufre mamón yo tenía 21 años. Yo ahora veo a alguien de 21 y para mí es un niño pequeño. Y nosotros a esas edades estábamos haciendo giras tremendas. Así que ya te digo que tenía que madurar, como fuera. Nos rodeaba mucha locura, imagínate, así que era importante mantener la cabeza en su sitio. Y no era fácil.
¿Qué le diría al David Summers de 21 años?
Pues le diría no sabe lo que espera, pero en plan bien.
Es una satisfacción muy grande ver que, aunque hayan pasado 40 años, la gente sigue emocionándose con las canciones, cantándolas contigo
¿Qué significa para usted participar en un evento como Rock A LA PAR en el Movistar Arena La Par, que combina música con compromiso social?
Este grupo de Rock A LA PAR lo hemos montado mi hijo Daniel y yo –él es el guitarrista– con la Fundación A LA PAR. La idea fue montar un taller de música para demostrar que los chicos con algún tipo de discapacidad podían tocar, hacer música, ensayar y dar conciertos. Lo hemos puesto en marcha junto con Augusto Ferrer-Dalmau, que previamente había hecho un taller de pintura para los chicos. Yo pedí turno, les dije, ‘bueno, pues ahora vamos a hacer un taller de música y a montar un grupo de rock con chicos con discapacidad’. Y son fantásticos, tocan de maravilla, ensayan casi todos los días y siempre que pueden hacen algún conciertillo. O sea, que estamos muy felices.
Vendieron todas las entradas y tenían colaboraciones especiales como la de Loquillo…
Sí, vino mi amigo el Loco. También Alejo Stivel y Jorge Ruiz, de Maldita Nerea. Todas buenas personas. Yo canté también un par de canciones con ellos. Lo pasamos genial.
¿Se ponen ustedes a contar batallitas cuando se encuentran?
¿Con Loquillo, dices? Sí. Recordamos buenos tiempos pero los dos sabemos que los mejores tiempos son siempre los de este momento.
¿No es nostálgico?
No, porque no sirve para nada. Siempre es mucho más interesante lo que está por venir que lo que ya pasó. Yo siempre digo que esto es como el fútbol, tú puedes haber ganado muchas copas de Europa, pero siempre hay que ganar la del año que viene, ¿sabes?
Su hijo, Daniel, es una persona en el espectro del autismo y entró en la fundación A LA PAR hace un par de años. ¿Cómo es trabajar con él y participar en eventos como este?
Mi hijo tiene un grado de autismo, es un artista con un gran talento, que toca la guitarra increíble, el bajo y la batería. Trabajar con él es facilísimo, él es un tipo genial, un musicazo. Le quiero un montón, me ayuda mucho en casa, y en el estudio, cuando me pongo a trabajar con mis canciones. Este es el sueño de cualquier padre, poder trabajar con tu hijo en lo que nos gusta a los dos. Estoy muy orgulloso de él. Y de mi hija, también.
¿Su hija Lucía, también se dedica a la música?
A mi hija le gusta mucho también, pero está estudiando veterinaria. Aunque canta muy bien, lo que le encantan son los animales, los bichos. En casa, la música nos gusta mucho a todos.
Mientras tengas ilusión por un proyecto nuevo o lo que sea, ese motor siempre está arrancado y en funcionamiento
¿Qué le ha enseñado la vida?
La lectura que hago es que si trabajas muchísimo y con mucha ilusión puedes conseguir las cosas que estás buscando. Eso que se dice siempre que de ilusiones se vive, pues es la verdad. Mientras tengas ilusión por un proyecto nuevo o lo que sea, ese motor siempre está arrancado y en funcionamiento, algo que es muy importante para tu cabeza.
¿Qué cosas le preocupan de la actualidad?
Lo que a todo el mundo, la situación política y económica. No solo como está en España, sino en el mundo entero. Hay demasiados problemas. Cada vez hay más gente más idiota y la clase política es un puñetero desastre, todos. Yo intento vivir de espaldas a eso, voy a lo mío, hago mi música, pago mis impuestos y ya está. Mientras, espero pacientemente a que cambien las cosas.
¿Y cómo gestiona la fama?
No le doy mucha importancia a la fama. Lo único para lo que te sirve es para que te den una mesa en un restaurante o para que te traten de una manera especial. Como decía Ray Charles, yo nunca quise ser famoso, pero siempre quise ser genial. De eso se trata, de hacer algo realmente especial y dejar un legado y una huella para siempre.
¿Qué valora hoy más, que quizá no valoraba tanto cuando era más joven?
El tiempo. Te das cuenta de que va muy rápido y que 10 años no es nada entonces, consecuentemente 20 años tampoco y yo tengo 61. La vida va a mucha velocidad, eentro de nada cumpliré 71 y luego 81. Así que intento disfrutar la vida lo más que puedo en este momento de mi vida. Vivir cada día como si fuera el último . Eso lo valoro mucho, cosa que cuando tienes 20 o 30 años no valoras tanto.
Ya ha cumplido 61 años. ¿Cómo es la frontera del seis, le tocó hacer balance?
Pues mira, yo creo que esta es una edad para ser muy feliz, porque ya, digamos, que has pasado por todo. Ya has tenido de todo tipo de decepciones, de alegrías, tus hijos ya son mayores… Entonces es un buen momento para hacer lo que te estaba diciendo hace un momento, valorar el tiempo, disfrutar de la vida, de los amigos, de tu pareja, de lo que realmente merece la pena. Los 60 son una época en la que se puede ser muy feliz. Yo lo soy. Este es el momento más feliz de mi vida.
Los 60 son una época en la que se puede ser muy feliz; yo lo soy, este es el momento más feliz de mi vida
¿Y cómo se vive el amor a esta edad, cuando ya se es una persona más madura?
Pues el amor a los 60 también se vive mejor que cuando eres joven. Porque de joven cometes muchos errores y equivocaciones, porque no sabes nada. Por eso es muy fácil que te equivoques. Sin embargo, a estas edades todo es más meditado, más pensado. Y en el amor pasa igual.
Su mujer y usted se llevan 16 años, ¿se nota esa diferencia de edad?
Estamos en la misma onda. Yo ahora estoy con mi mujer y me siento súper feliz porque ya sé lo que quiero, y a ella le ocurre igual. Los dos tenemos una vida ya a nuestras espaldas, muchos años, y también estamos en sintonía en eso de disfrutar de cada día.
El otro día me decía una amiga que le ve igual que siempre, ¿cómo se mantiene?
Básicamente se trata hacer ejercicio, intentar estar bien físicamente, comer sano y no machacarte. O sea, no hacer cosas que te estén jodiendo el cuerpo. Afortunadamente, dejé de fumar hace tres años y medio. Llevaba casi toda mi vida fumando y ahora me encuentro muy bien y pienso ¿por qué no lo hice antes? Fui un imbécil…
¿Y cómo lo dejó, por si ayuda a alguien?
Pues de un día para otro, yo creo que es la única manera. A pelo, o sea sin pastillas, ni nada. Me fui de viaje y dije, no me llevo tabaco. Y llegué y no fumé un día, el otro, el otro… Y llevo ya tres años y pico. Pero ni siquiera lo pensé, ni fue un consejo médico, ni nada. Fue una decisión así espontánea y maravillosa, la verdad. De lo mejor que he hecho en mi vida, y lo hice por mí.
¿Y de cremas y eso, se pone algo?
No mucho. A ver, cuando me afeito me pongo una capa hidratante y crema protectora solar, para intentar que no me salgan manchas. Lo hago inútilmente, porque salen manchas igual. Hago algo por cuidarme, pero bueno, francamente, soy un desastre con eso.
¿Y alguna vez ha pensado en la jubilación?
No, porque además viendo lo que me va a quedar de pensión no me interesa nada. Yo espero, ojalá si Dios quiere, estar como Paul McCartney con 83 años.
Me fui de viaje y dije, no me llevo tabaco; llegué y no fumé un día, el otro, el otro, y llevo ya tres años y pico
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pues mira, soy un loco del boxeo. Hoy, por ejemplo, voy a comer con Julio César Chávez, el mejor boxeador mexicano de todos los tiempos, una leyenda. También me gusta el tiro deportivo. Suelo practicarlo con unos cuantos amigos que son aficionados, nos vamos a un campo de tiro a disparar. El resto del tiempo libre que tengo, pues estoy con mi familia, en casa, escuchando música o viendo películas. Pero vamos, mis aficiones son el boxeo y el tiro.