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Euskadi ensaya la fórmula catalana en busca del arraigo perdido

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Un joven ataviado con traje regional la manifestacion en favor de la autodeterminacion, ondea una ikurriña

Txapela e ikurriña 

José Simal

Usted estará al tanto de muchas formas de equivocarse. Conocerá el error de salir de casa sin las llaves o el error de dejarse encendidas las luces del coche o el error de aceptar la herencia de un príncipe nigeriano. De lo que no tendrá tanta noticia es del error Basilea III. ¿En qué consiste? Es la forma con la que en Euskadi y en otras partes de España se percibe desde hace un tiempo la desbandada con la que los bancos abandonaron el capital de importantes empresas durante la década pasada, impelidos por la regulación financiera. Lo hicieron sin reemplazos que garantizasen a las afectadas cierta estabilidad accionarial. Un movimiento que dejó el camino expedito a los fondos de capital riesgo, que tomaron posiciones de control en algunas compañías estratégicas y adoptaron a veces decisiones alejadas de los intereses de un territorio. No se trata de demonizar a estos inversores, pero este es el diagnóstico que muchos hacen. Un error como otro cualquiera. Vamos, como perder al niño en un centro comercial.

¿A qué viene todo esto? Como reconocer un error implica la toma de conciencia de lo ocurrido y cierto propósito de enmienda, es ahora cuando se echa la vista atrás y se ensayan las correcciones. La pandemia y la invasión de Ucrania alumbraron la necesidad de proteger empresas estratégicas, de adoptar controles antiopa, de recuperar la inversión nacional. Hay un ejemplo muy palpable en Euskadi, no le pierdan vista: tanto el Gobierno vasco como el PNV tienen claro que ha llegado el momento de que las fundaciones bancarias inviertan con fuerza en las empresas vascas. Es también el momento de impulsar de nuevo otras vías para garantizar la presencia de accionistas locales en las principales compañías de esta región. Todo ello sin incurrir en los riesgos que Basilea III intenta controlar. ¿Cómo? La contraseña es la palabra arraigo. Y el modelo a seguir, el de Criteria. Sí, Criteria, el holding catalán de participadas. Bienvenidos a Kriteria.

Pero, ¿de qué va eso de Basilea III? A consecuencia de la Gran Recesión y sus estragos subprime sobre el sistema financiero, los acuerdos internacionales de Basilea III a finales del 2010 intentan reducir al mínimo los riesgos de la actividad bancaria. Para ello, disuaden a los bancos de invertir en empresas y para hacerlo elevan los requisitos de capital asociado a este tipo de exposición. Con eso quedaba cubierto el riesgo. Y se daba el pistoletazo de salida para que la banca, como ejército en retirada, deshiciese posiciones en decenas de compañías. Ocurrió en toda España, lo que abrió de par en par la puerta a otro tipo de inversores, con los fondos de capital riesgo en cabeza. Los bárbaros del capital, los llaman algunos. Fue también lo que pasó en la industriosa Euskadi, cuyas cajas de ahorros, supervivientes todas ellas de la Gran Recesión, soltaron amarras con el mundo empresarial, que quedó expuesto a los agresivos inversores de la poscrisis financiera mundial. Si esas participaciones no computan en el balance de los bancos como capital de calidad, sino al contrario, para qué coleccionarlas. Fue la forma de poner a salvo el corazón financiero vasco. No sus empresas.

El CEO de Naturgy, Francisco Reynés, durante la segunda edición del foro 'World in Progress', en el Palau de Congressos de Catalunya, 20 de octubre de 2025, en Barcelona, Catalunya (España). Prisa organiza la segunda edición de estas jornadas en la que intervienen líderes políticos y expertos internacionales de primer orden en materia económica, sociológica, filosófica y periodística. Se trata de un foro que se centra en los retos de la globalización que afrontan todos los países en estos primeros años del siglo XXI.

Francisco Reynés, vicepresidente primero de Criteria 

David Zorrakino

La fórmula de Criteria. El holding de participadas de la Fundación La Caixa dio con una solución más original. Tanto, que ahora se presenta como un modelo de éxito que muchos aspiran a imitar. Sobre todo cuando se quiere conservar el origen de empresas valiosas. Fue en el 2007, antes de la crisis financiera, cuando se crearon la fundación y el holding. De arriba abajo, la fundación La Caixa es dueña de una sociedad holding, Criteria, que tiene a su vez inversiones en Naturgy, ACS, Telefónica y, sobre todo, en su participada fundacional, CaixaBank, que es donde empezó todo. De abajo a arriba, los dividendos suben por una escalera hasta la fundación, que destina cantidades millonarias a la obra social. Captará 4.000 millones en su nuevo plan estratégico, informa aquí Eduardo Magallón. Con esta sencilla estructura, una fundación de origen bancario se halla completamente desvinculada de ese mismo negocio bancario, que es la levadura madre, pero que se encuentra aislado a través de un tubo accionarial por el que bajan las inversiones y suben los dividendos. Un sencillo cableado que conecta la fundación con el banco y, al mismo tiempo, la fundación con las empresas, sin riesgo de electrocución entre estos dos últimos lugares. Quedan así resueltos los temores de Basilea III. Y queda así preservada la capacidad de invertir en empresas. Aquí Manel Pérez cuenta los últimos cambios en esta peculiar galaxia.

Kriteria. Parece muy sencillo, pero en la industriosa Euskadi, donde se inventó uno de los modelos cooperativistas más potentes del mundo, nadie cayó en la idea. Ahora la Lehendakaritza busca fórmulas para arraigar empresas, y Criteria es todo un referente, salvando algunas distancias. Aunque el holding catalán apueste por grandes cotizadas españolas y se haya resistido a entrar en empresas catalanas como Celsa o Europastry, funciona como horma para demostrar la gran aspiración del momento: sostener accionarialmente empresas estratégicas. Lo ha certificado en Telefónica, donde ejerce junto a la SEPI de contrapeso de Saudi Telecom, y en Naturgy, donde arbitra un accionariado zarandeado por las urgencias de los fondos de capital riesgo. En Euskadi, basta ahora con dar forma a la versión vasca de Criteria, si no es demasiado tarde. En ello andan Imanol Pradales y su equipo económico.

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Iñaki de las Heras
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El desarraigo vasco. Bajo el influjo de Basilea III, Kutxabank ensayó, con Mario Fernández como presidente, una frustrada salida a bolsa y se deshizo de participaciones en Ibermática o Euskaltel, ambas diluidas entre operaciones de capital riesgo. Estas dos empresas son en el actual debate empresarial vasco el ejemplo de lo que no hay que hacer. Ibermática era la primera empresa tecnológica vasca y una de las tres mayores de España, hasta que cayó en manos del fondo ProA Capital y, después, de la andaluza Ayesa, controlada por un fondo británico. Ahora ha reducido su plantilla a la mitad, y eso duele en Euskadi. Hay planes de recuperarla para el tejido vasco. Euskaltel tiene peor pronóstico: fue vendido al fondo británico Zegona --ahora dueños de Vodafone España--, que se lo vendió a MásMóvil --controlada por los fondos KKR, Providente y Cinven--, luego fusionada con Masorange. Allí se encuentra lo que queda de la orgullosa teleco vasca de bandera. Kutxabank también redujo su presencia en el fabricante de trenes CAF, lo que después impidió cualquier opción política de promover una fusión con Talgo.

Con el grifo crediticio y los manguerazos de liquidez cerrados desde el 2008, la sensación es que los fondos de capital riesgo fueron tomando posiciones en empresas familiares vascas. Hay además otro caso que, en retrospectiva, duele en el orgullo local: la venta del Banco Guipuzcoano al Sabadell. Todo ello sublimado al mercado nacional, cuando se descubre que entre las grandes entidades bancarias españolas no figura ningún gran banco vasco.

Las tres fundaciones bancarias vascas toman ahora la iniciativa. Lo que está en marcha es una reacción contra el desarraigo, y la dirigen ahora las tres fundaciones vascas. A diferencia de La Caixa, en Euskadi hay tres, una por provincia: Fundación BBK en Vizcaya, Fundación Kutxa en Guipúzcoa y Fundación Vital en Álava. Las tres traspasaron en el 2012 su negocio financiero a un nuevo banco, Kutxabank. La primera tiene ahora el 57% de Kutxabank, la segunda el 32% y la tercera, el 11%. Kutxabank es, como CaixaBank para Criteria, la fuente primigenia de dividendos. Entre las tres se han propuesto el reto de conformar, como también viene haciendo Criteria, una potente cartera de inversiones empresariales. Un rápido repaso a las tres:

El presidente de BBK, Xabier Sagredo.

Xabier Sagredo, presidente de BBK 

BBK

La Fundación BBK. La hermana mayor. La preside Xabier Sagredo, también consejero de Iberdrola y Tubacex. Uno de los nombres del momento. No le pierdan la pista. Fundación BBK tiene una inversión en Kutxabank valorada en 3.600 millones y aspira a conformar una cartera industrial de 7.000 millones de euros. En la actualidad cuenta con pequeñas participaciones, menores al 3%, en CAF, Gestamp, Arteche, Vidrala e Iberdrola. Ahora empezará a apostar fuerte.

Fundación Kutxa. No se queda atrás. Conforme al plan presentado en mayo, se propone elevar en 2.600 millones de euros su cartera hasta el 2030. Su punto de partida son pequeñas inversiones valoradas en 373 millones en 26 empresas, de las que Iberdrola y CAF son las más conocidas.

Fundación Vital. Con una cartera menor, también ha activado la apuesta industrial. Hasta ahora, su perfil inversor ha sido bajo. Quizá lo más destacado es su presencia en Ingeteam. En septiembre invirtió en Basquevolt, la gran apuesta vasca por las baterías de coches eléctricos.

Talgo es el gran pistoletazo de salida. La operación de entrada en el accionariado del fabricante de trenes para reemplazar al fondo de inversión Trilantic es el gran ejemplo del cambio de actitud. Aquí Pilar Blázquez cuenta el plan para la toma de una participación de control. Una operación que ha tardado en fraguarse y que ha quedado incluso amenazada por una investigación a José Antonio Jainaga, informa aquí Carlota Guindal, pero que marca el camino de la nueva apuesta vasca por sus empresas. Las fundaciones BBK y Vital han entrado con decisión en el consorcio comprador, que se ha hecho con el 29% del capital. Es el movimiento más decidido en años por recuperar poder de influencia en la gestión empresarial.

En eso andan las fundaciones, pero hay algo más. La ofensiva vasca no se queda ahí e incluye otros nombres que complementan el ímpetu inversor de Kriteria.

Está por ejemplo el fondo de inversión del Gobierno vasco, Finkatuz. Por cierto, Finkatuz significa arraigo. Se ha puesto como objetivo movilizar inversiones por 1.200 millones de euros y ha participado también en la operación de Talgo, toda una declaración de intenciones. Está presente además en el grupo lechero Kaiku, en CAF o en el fabricante de motores de avión ITP.

...Y el propio vehículo inversor de Kutxabank, Indar... Creado este año, se ha puesto como objetivo invertir cerca de 500 millones de euros, con una quincena de operaciones en el radar. Este nuevo artefacto inversor se encuentra en fase de despliegue y análisis de operaciones. Todavía no ha anunciado operaciones.

... Y las entidades de previsión social, las EPSV... Estas gestoras de los planes de pensión complementarios de muchos trabajadores vascos empiezan a adoptar un papel de inversores activos, sobre todo a través de Orza, perteneciente a Geroa, el fondo de las empresas privadas. Ahondando en esta maquinaria inversora de los ahorros vascos, por ahí andan también la EPSV de los funcionarios del Gobierno vasco, Itzarrui, y la de los ayuntamientos, Elkarkidetza. Entre las tres, gestionan unos 4.500 millones de euros. Apenas el 1% de los activos están invertidos en empresas vascas, y la idea es elevar el porcentaje. Las EPSV son tan interesantes que atraen la atención del Gobierno español, ahora que tanto el ministro Cuerpo como la CNMV se empeñan en buscar fórmulas para que las empresas puedan atraer capitales.

...Y para rematar, el capital riesgo y las gestoras vascas. Hay familias como los Riberas --Gestamp y Gonvarri-- que invierten en estos vehículos. Uno de ellos es All Iron, de Ander Michelena, ahora conocido como Acurio. La Fundación Artizarra gestiona inversiones por 250 millones en pymes vascas. El fondo Ysios, de la exministra Cristina Garmendia, maneja sus inversiones desde Euskadi. Easo Ventures es otro ejemplo. Las deducciones fiscales de Guipúzcoa ha servido para atraer firmas de este tipo.

El juez de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge investiga por delitos de contrabando y participación por complicidad en un delito de lesa humanidad o de genocidio al presidente de Sidenor, José Antonio Jainaga Gómez, y a otros dos directivos por la venta de partidas de acero a la compañía Israel Military Industries (IMSI).

El magistrado sostiene que la compañía vendía el acero “con pleno conocimiento de que se trata de un fabricante de armas, tanto pesadas como ligeras, y de que el material vendido iba a ser utilizado para la fabricación de armamento”.

José Antonio Jianaga, presidente de Sidenor

LV

Lo que puede ocurrir después de Talgo. Tras la entrada de Finkatuz y las fundaciones, el mundo vasco ya tiene ensamblado el nuevo buque inversor. Hay dos posibles operaciones en estudio. La primera, la recuperación de Ibermática. La segunda, el arraigo de ITP, cuyo principal accionista, el fondo de capital riesgo Bain, no tardará en salir del capital. Allí, todo sea dicho, son Indra y el Instituto Vasco de Finanzas (IVF) los que cimentan la españolidad.

Nada más, este artículo ha sido elaborado con la ayuda de una persona que participa desde dentro en la estructura empresarial vasca y conoce bien las palancas de inversión. La palabra Kriteria, sea dicho, es de su cuño. “Nunca lo reconocerán en el Gobierno vasco”, bromea. Como su idioma, su música y su cultura, Euskadi tiene también una enorme personalidad inversora. Sin embargo, a veces hay que buscar inspiración en el exterior. Sobre todo a la hora de dar encaje a las antiguas cajas de ahorros, ahora profesionalizadas a través de fundaciones, que es como han quedado despolitizadas. Aislar el núcleo fundacional, atornillarle un holding y ponerlo a invertir es ahora un modelo de referencia al buscar la consistencia accionarial de empresas estratégicas. Otras fundaciones bancarias repartidas por España también lo emulan. Por cierto, estudien el anuncio con detenimiento: ¿se han dado cuenta de que hasta el Real Madrid quiere hacer un Criteria?

Otras noticias de la semana

MADRID, 26/11/2025.- El Consejo de Administración de El Corte Inglés ha nombrado este miércoles a Cristina Álvarez (d) como nueva presidenta no ejecutiva del grupo a propuesta de Marta Álvarez (i), que ha ocupado este cargo durante los últimos seis años, ha informado la empresa de distribución. EFE/El Corte Inglés SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO)

Marta y Cristina Álvarez, expresidenta y presidenta de El Corte Inglés 

EFE

· Nueva presidenta de El Corte Inglés. El grupo de grandes almacenes ha nombrado a Cristina Álvarez nueva presidenta en sustitución de su hermana Marta Álvarez. El cambio lo ha acordado el consejo de administración por unanimidad, informa Noemi Navas.

· La SEPI aplaza la fusión entre Indra y Escribano. El holding estatal, que es con un 28% el principal accionista de Indra, entiende que la fusión entre la compañía y la empresa de la familia de su presidente, Ángel Escribano, debe posponerse hasta conocerse los resultados anuales del grupo, informa Fernando H. Valls. De esta forma, será más fácil evaluar los negocios.

· Dimite el consejero del Sabadell favorable a la opa del BBVA.  El inversor mexicano y consejero del Sabadell, David Martínez Guzmán, que se mostró partidario a la oferta del BBVA por el banco, ha salido esta semana del consejo de administración. Como cuenta aquí Eduardo Magallón, se cierra uno de los últimos flecos de la operación, que fracasó al apenas alcanzar un nivel de aceptación del 25% del capital.

· El ERE de Telefónica enciende a Yolanda Díaz. La ministra de Trabajo ha enviado una carta a la SEPI, accionista con un 10% de Telefónica, en la que rechaza “indecente” expediente de regulación de empleo lanzado por la operadora para 5.700 trabajadores, informa Pilar Blázquez. La parte socialista del Gobierno apoya en cambio el recorte de plantilla si hay acuerdo con los sindicatos.

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